viernes, 8 de febrero de 2013

Capítulo 3: Los días si su


Se que aquello no existió  esa parte de los días juntos. Lo que existió fue no saber cual iba a ser el día pero que uno iba a ser, el de las horas.

Cada vez, salvo las raras excepciones, transcurría todo operativamente igual. Empezábamos como en una primer cita cada vez. El encuentro, la conversación, el juego, el arrime suyo, y el beso.
Le espié mientras dormías cada vez. Le miraba y cada parte se volvía gelatina. Puedo dibujar con los dedos al aire su silueta orgánica. El trapecio que se forma desde los pómulos hasta las comisuras de su boca. Su expresión dormida. Su espalda de rayones. Su pecho que en lo bajo guarda una importante cicatriz, que una y mil veces pregunte de que era porque nunca logro retener el como llego. Sus piernas delgadas y ese par de pantorrillas anti musculosas.

Los dibujos en sus brazos que denotan la marca de una adolescencia que no sabia que quería. Esos brazos tan seguros y asegurados, que deslizan y desembocan en las manos mas pictóricas que recuerdo.

"Dormido vos, yo te soplaba la nuca y muequebas una sonrisa; esa nuca y su par de orejas que hinchaban el amor, aun mas, mas aun. La textura de su pelo, fino, pero tan, que en unidad se volvía invisible".

Su voz al extremo sexual, con un dejo en tono que raspa. Y por la mañana mas grave aun. Y Su olor. Algunas veces me vuelve solo. Algunas veces simplemente me encuentro haciendo nada y perezosamente se aproxima. Va dejando pequeñas gotas que vienen y van. De pronto me toma de frente, atrapándome toda. Cierro los ojos y se siente igual a cuando esta por abrir, a mientras espero que vuelva. Me abraza el olor, igual que el brazo de toda una noche de amor. Quiero que se quede y se va corriendo, se fragmenta, se dispone en trozos disparejos, me roza, me toca, me respira, me sopla, me susurra. Yo me entrego, soy la prometida de su olor.

Se entrecierran sus ojos cuando le conmueve el deseo. Delgados labios que intentan tomar los esponjosos mios. Ese segundo cuando me esta por besar. Llega el beso; hay de unas veces donde se alejas centímetros para sonreirle a mi boca.

Aunque se vayas solo pienso en la vez próxima. Aunque cada vez un punto y aparte exponga, solo espero la vez próxima. Aunque las palabras digan cosas, solo escucho la vez próxima. Si hay próxima vez da igual que se vaya, el aparte del punto y las palabras que dicen cosas.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Capitulo 2: José María


"o es a él o es la idea de él" dudaba, la percepción de extrañar la sentía tangible, lo cierto es que tenia que ver con un efecto: él. La huella.
Pasado el tiempo la estrategia se basaba en dejar que el tiempo pase, como si una placa de 'meses después' fuera la solución. Depositaba en aquella ilusión la fantasía de un bienestar instantáneo. Absurdamente, cada día y cada noche, el primer y ultimo pensamiento era la imagen de aquel día que ella supo que sabia mientras lo observaba. Mirarlo, la cosa mas cotidiana en los saltos de tiempo.
Las mañanas se abandonaron, mutando en diarios día de la marmota, donde en primeros tiempos, la imagen era acompañada en tristeza para mas luego ser acompañada en frustración de lamento.
Ella solo quería un rock suave, él era su única canción "el problema es que vos tenes un disco lleno de temas, y para mi solo suena una", y esa fue la ultima oración de sus encuentros, seguido, un gesto en el rostro de él, uno donde su cara bocetaba muchos.

Dentro del esquema perfecto y sobre lineado ella podía ver como la duda lucia desnuda. "Nadie se atrevía a decirlo, pero hubo un hombre que no pudo disfrazar la realidad y la tuvo que gritar".

La mitad del día la dedica al trabajo de todos los días "ya no importa quien grite o quien responda al esquema". La otra mitad cocina tarta de ciruela, las prepara mientras lo imagina llegar "sube las escaleras y el olor de la masa lo hace sonreír" "María Laura esta cocinando el pastel que tan feliz me pone... cuando llegue la voy a encontrar salpicada de polvo blanco, con los pelos cubiertos de harina, saboteando en pequeños estornudos". Y cuando el ruido de la llaves se convirtiera en realidad, ella simplemente levantaría los ojos, mientras sus manos detienen por un instante la masa, para mirarlo y obsequiarle una pequeña sonrisa de lado  y de ojos destellados.

La fantasía se desvanece. La tarta esta lista y él no llega. Es que él nunca va a llegar. Él no puede.
Ella se llora un poco, o hace de cuenta que. Se pregunta si él la piensa tanto como ella a él, si también le cocina pasteles, si cuando camina por la calle siente que se agarran de la mano. Si su olor todavía le es presente, si su boca es un recuerdo sensible, si en silencio todavía la escucha sonar.

José María, así se llama. "Dos personas que comparten un nombre que no se separa son dos personas que deben de estar juntas". Lo vio como algo del destino. Sueña, se ríe, se lamenta.

viernes, 29 de junio de 2012

Capitulo 1: Lo compuesto


"Me enamore mas de la cuenta" le escribió, y era de sospechar ¿porque que significa mas de la cuenta? ¿Hay medida?. Ella igual entendió cual era el punto, las palabras de él exacerbando aquel sentimiento. Se quedo con eso, con su exageración y la porción del discurso que a fin de cuentas decía algo de lo que ella quería escuchar: El esta enamorado y no existe ni mucho ni poco, existen locos, se dijo.

A María Laura le complicaba la vida la profecía de aquel amor. No había razón especial, simplemente ella no sabia que hacer con eso y la pasaba mal con lo que no sabia lidiar por mas que aquello radique en el encuentro de su propia búsqueda.

"María Laura", siempre le molesto lo compuesto de su nombre. Nadie nunca la llamo ni María ni Laura, siempre María Laura, como un tiempo infinito hasta que terminaban de pronunciar su nombre. "Un tiempo en el que podría haber hecho otras cosas, como bordar, correr un mueble de lugar o simplemente ojear una revista, cualquier cosa mas útil que esperar que me terminen de nombrar". Se preguntaba porque su identidad no podía ser como cualquiera de las otras, donde nadie cuenta el segundo como nombre de uso, donde solo se sabe de aquel segundo nombre el día que te casas o te morís, o en algún tramite de esos donde se solicitan los datos completos. La identidad es esa. Y ella, ella nunca supo presentarse de otra manera porque no se sentía ni Laura ni Maria a secas, ella era una Maria Laura todo junto, aunque aquello le pese a razón de perdida.

María Laura tenia una vida como cualquier otra. Una de esas vidas donde la gente usa sweater de bremer y uno igual en forma y color pero de hilo en verano. El pelo lo llevo siempre igual "es el pelo de una María Laura" decía. Según María Laura el pelo de una María Laura no es ni corto ni largo, nadie puede decir ni que es corto ni largo, esta por ahí, debajo de los hombros 5cm. El color es de un castaño tan oscuro que podría ser el comienzo de un negro, pero no es negro ni tácitamente un castaño, es ese color que pensas dos veces y dudas decidiendo cual de los dos es. Un pelo lacio que engaña de crespo que a fuerza de cepillo cada mañana le roba un tiempo al que ella le suspira en tono de lamento. "Porque el pelo tiene que ser lacio, afirma ¿porque el pelo tiene que ser lacio? se pregunta. Porque si, por la misma razón que se usa mantel y luego de levantarlo se le pasa un trapo húmedo a la mesa, porque si".

Su vida era de esas de las que nadie nunca recordaría por nada en particular pero siempre tendrían algo bueno para decir.